El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, ratificó su respaldo al espacio Provincias Unidas, la alianza integrada por mandatarios provinciales que participó en las últimas elecciones nacionales, y planteó la necesidad de reconstruir la vocación de poder de la Unión Cívica Radical (UCR).
Durante una entrevista con Radio Rivadavia, el mandatario explicó que la experiencia de Provincias Unidas —creada apenas tres meses antes de los comicios— reunió cerca de 1,7 millones de votos, un 7,7% del total nacional. “Fue una experiencia donde no se pudo romper la polarización, pero hay que seguir trabajando para construir una Argentina que convoque a la producción, la industria, el desarrollo y la tecnología”, expresó.
Valdés trazó además un diagnóstico crítico sobre la situación interna del radicalismo. Sin eludir definiciones, apuntó directamente al titular del partido, Martín Lousteau: “Fue una conducción a contrapierna, porque la mayor parte del Partido Radical tenía una visión distinta a la del presidente del partido. Por eso no tiene mucho apoyo dentro de la UCR”.
El gobernador insistió en que la principal tarea del radicalismo es reconstruir un proyecto nacional claro y competitivo. “El Partido Radical tiene que trabajar mucho para recuperar su vocación de poder y sus principios como partido nacional. Si no tenemos un proyecto nacional, nos va a costar tener claridad en un electorado que busca claridad”, advirtió.
En relación a la reciente reunión de mandatarios con el presidente Javier Milei, Valdés destacó el tono “cordial y amistoso” del encuentro, que se extendió por casi dos horas. Según el correntino, el jefe de Estado presentó sus prioridades en materia de reformas laborales, confección del Presupuesto y revisión del esquema impositivo, mientras las provincias plantearon sus propias demandas.
“El diálogo fue positivo y hay que mantenerlo. Los cambios en el gabinete son un paso en esa dirección”, sostuvo Valdés, aludiendo al reordenamiento interno del Ejecutivo nacional.
Consultado sobre el debate laboral, el mandatario fue enfático: “La reforma laboral es una necesidad. De eso se habla hace muchos años y nunca se avanzó. Hay que discutir convenios colectivos, indemnizaciones e incorporación de nuevos trabajadores con un enfoque moderno, pero sin vulnerar derechos”.
El gobernador recordó además que el radicalismo tuvo históricamente un rol central en la modernización del empleo y exhortó a recuperar ese protagonismo en los debates sobre trabajo y tecnología.
Respecto del sistema tributario, Valdés apuntó contra los impuestos nacionales distorsivos, como las retenciones y el impuesto al cheque, de los cuales las provincias no participan. “Quiero que primero volvamos al año 2000 para que la Nación saque las retenciones distorsivas, que le han quitado las ganancias a miles de productores durante 25 años”, subrayó.
Afirmó que Corrientes mantiene una de las cargas impositivas más bajas del país y consideró injusto que se exijan más esfuerzos a las provincias sin una revisión estructural del esquema fiscal nacional.
Por último, se refirió a la obra pública y a los compromisos asumidos con la Nación: “Corrientes tomó a su cargo proyectos por unos USD 60 millones para ayudar durante la crisis fiscal, pero la Nación no cumplió con dos de las tres obras que debía financiar. Es muy difícil cuando uno salva su parte y la Nación no cumple”, lamentó.
Con su intervención, Valdés buscó reafirmar el perfil federal de Provincias Unidas y, al mismo tiempo, enviar un mensaje hacia dentro del radicalismo: orden, coherencia y proyecto nacional como condiciones indispensables para volver a disputar poder en la escena nacional.
