La Justicia avanza en una investigación que involucra el presunto ingreso irregular de equipaje en un vuelo privado proveniente de Estados Unidos, en el que viajaba Laura Belén Arrieta junto a dos tripulantes. Según un dictamen firmado por los fiscales Claudio Navas Rial y Sergio Rodríguez, al menos diez bultos habrían eludido los controles de la Aduana tras el arribo del avión al aeropuerto Jorge Newbery el 26 de febrero.
El caso salió a la luz tras una columna periodística de Carlos Pagni, que fue respondida por el vocero presidencial Manuel Adorni, quien aseguró que solo se habían registrado una valija y un carry on. Sin embargo, los fiscales afirman en su presentación que esa versión “no se condice con la evidencia fílmica” obtenida durante la investigación.
La reconstrucción del operativo
El avión aterrizó a las 08:12 con matrícula PRVN18RU. En las imágenes registradas por las cámaras del aeropuerto se observa una camioneta presuntamente oficial acercarse a la nave, que quedó cerrada tras el descenso de sus ocupantes, quienes fueron trasladados en vehículos negros y una camioneta blanca, supuestamente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
Arrieta, según declaró un testigo, habría entregado un teléfono celular a una agente de la Aduana, quien hizo un gesto de “ok” antes de que la pasajera fuera conducida a la zona de arribos internacionales. Luego, el personal de la empresa Royal Class, dueña del avión y vinculada a Leonardo Scatturice, se encargó del traslado del resto del equipaje hasta el área de cintas.
Los fiscales afirman que, aunque oficialmente se declararon cinco bultos, en realidad se transportaron al menos diez. Además de valijas de mano y mochilas, se identificaron dos bolsas rosas y otros paquetes que fueron conducidos al sector de control sin ser escaneados.
Canal especial y ausencia de control
Uno de los puntos más críticos del dictamen es que los tres viajeros pasaron por un canal de la Aduana no habilitado, guiados por una agente que luego cerró el paso. Según los fiscales, esto permitió eludir los escáneres que sí debieron atravesar los pasajeros de vuelos comerciales que llegaron en el mismo horario.
La evidencia, explican, contradice la versión oficial de que se cumplieron todos los procedimientos habituales. “Los controles aduaneros no fueron aplicados sistemáticamente a los tripulantes y la pasajera, como sí lo fueron al resto de los pasajeros”, indicaron Navas Rial y Rodríguez.
Próximos pasos
La investigación se centra en esclarecer si hubo un trato preferencial, por qué se evitó el control de los equipajes y qué contenían exactamente los bultos. Arrieta permaneció en el país hasta el 5 de marzo, cuando partió en el mismo avión rumbo a París.
La causa, que podría tener implicancias políticas y judiciales, continúa bajo análisis de la Justicia federal.
