El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aseguró que el Gobierno sigue de cerca el aumento del déficit de dólares en las cuentas externas, aunque descartó de plano la posibilidad de una devaluación. “Lo seguimos atentamente, pero lo vemos como el resultado de un cambio importante en la política”, dijo en una entrevista con Radio Mitre.
Francos atribuyó el déficit externo a un incremento en las importaciones de bienes de capital, que –según explicó– reflejan un repunte económico. “Argentina estaba descapitalizada y una gran parte de esos dólares que salieron son para importar bienes de capital. Si tenemos una economía en crecimiento en orden de 6% comparativamente con el año anterior, claramente ese crecimiento demanda inversiones”, señaló.
En ese marco, el funcionario remarcó que “hay libertad de cambio y dentro de las bandas el dólar se mueve libremente”, y ratificó que “no va a haber devaluación”. Agregó que permitir una depreciación del peso implicaría volver “a la historia de siempre: se emitirían pesos y se terminaría otra vez en la cadena inflacionaria”.
La advertencia del Gobierno se da en un contexto de crecientes presiones en el frente externo. La última medición del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) mostró que la balanza de pagos arrojó un déficit de cuenta corriente de casi 5.200 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, equivalente al 0,7% del PBI. Este dato marca un giro respecto a los superávits registrados en 2024.
El resultado llega en coincidencia con la presencia en el país de una misión del Fondo Monetario Internacional, que realiza la primera revisión del programa acordado en abril, por un crédito de 20.000 millones de dólares. Si bien el Gobierno no está obligado a cumplir metas específicas en materia de cuenta corriente, el número es observado con atención tanto por el organismo como por los mercados financieros.
Durante la misma entrevista, Francos también se refirió al incidente ocurrido el jueves en el Senado de la Nación Argentina, cuando se retiró de una sesión tras ser increpado por la senadora por Tierra del Fuego, Cándida López, quien lo llamó “mentiroso” durante su intervención.
“La obligación de ir al Congreso a informar surge de la Constitución Argentina. Fui, como estaba acordado. La sesión se desarrollaba normalmente, hasta que la senadora me llamó mentiroso. Le pedí una interrupción, no me la dio. Le pedí al presidente que se rectificara, no lo logró. Entonces decidí retirarme”, explicó.
Francos cuestionó la actitud de López y aseguró que su comportamiento no fue compatible con el respeto institucional: “Creo que le queda un poco grande el cargo. Me parece que el Congreso no es un lugar para manifestaciones de ese tipo”.
La oposición, sin embargo, exige que el jefe de Gabinete vuelva a presentarse ante el Senado para completar su exposición.
