El presidente Javier Milei encabezó este lunes una extensa agenda internacional en Nueva York, donde participó de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En su intervención, reivindicó su alianza con Donald Trump, reclamó la liberación del gendarme argentino Nahuel Gallo —detenido en Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro— y expuso su visión sobre los desafíos globales.
Críticas a la burocracia internacional
Milei planteó que la ONU “se apartó de su misión original” y denunció la existencia de un “modelo supranacional de burócratas internacionales que buscan imponerle a los ciudadanos del mundo un modo de vivir determinado”.
Aun así, aclaró que su gobierno adhiere al espíritu fundacional del organismo: “Creemos que existen problemas globales que requieren del diálogo y la cooperación internacional para ser resueltos. Pero debemos rechazar las extralimitaciones que a menudo acompañan a las agendas nobles”, afirmó.
Defensa de la libertad y la propiedad
El mandatario argentino defendió la centralidad del libre mercado y la sacralidad de la propiedad privada como pilares del crecimiento sostenido. “Sin derecho de propiedad no hay ahorro, sin ahorro ni capacidad de intercambiarlo libremente no hay inversión y sin inversión no hay crecimiento posible”, enfatizó.
En ese marco, contrastó la trayectoria de la Argentina con la de la región: “Somos el único país de América Latina que no creció en los últimos 15 años”, dijo, atribuyendo ese estancamiento al predominio del gasto público y a la intervención estatal.
Críticas a la política y el populismo
Milei volvió a cargar contra la clase política y el rol del Estado. “El Estado no crea riqueza, sino que la destruye. El político gana poder al agrandar el Estado a costa de las libertades ciudadanas”, afirmó.
Advirtió además sobre el costo de las políticas de expansión fiscal y monetaria: “Consumir el capital acumulado genera bienestar momentáneo y ese bienestar momentáneo genera votos, pero a costa de sacrificar un futuro de mayor crecimiento”.
Filosofía económica y legado intergeneracional
El presidente utilizó metáforas para ilustrar sus planteos. “Si un hombre grande es aquel que siembra árboles cuyas sombras sabe que nunca disfrutará, aquel que tala los árboles que otros sembraron para construir su silla de poder es un hombre despreciable”, expresó.
Milei remarcó que el crecimiento económico requiere visión de largo plazo y disciplina: “El progreso nunca es lineal, pero su consistencia ha sacado a miles de millones de la pobreza. La diferencia entre crecer cero y crecer 2% sostenidamente define el destino de una nación”.
Inmigración y organismos internacionales
El mandatario también se refirió a la inmigración, diferenciándola de lo que definió como “invasión”, y cuestionó que las organizaciones internacionales “hayan creado capas sobre capas de agencias y programas que son poco efectivas para resolver los problemas que justificaron su existencia”.
En este sentido, planteó que el patrón de expansión estatal y burocrática se repite en “la mayoría de los países del mundo libre”, y alertó sobre el riesgo de que “la trampa populista” lleve a sociedades enteras al estancamiento.
